En una crisis de la magnitud de la del Coronavirus, la propensión al catastrofismo y a las malas noticias campea. Los ejecutivos de las compañías deben combinar la transparencia, con mensajes que ayuden a mantener en alto la moral de sus trabajadores. De lo contrario, la organización caerá en un espiral de desánimo conducente a la parálisis.

Las empresas que lo hagan bien en esta coyuntura mejorarán su reputación y mucho. Pero las que se equivoquen perderán legitimidad social por un buen tiempo…

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