En palabras del director del Centro, Pablo Halpern, ¿Qué argumentos hay para no involucrarse en uno de los procesos más trascendentes de la historia política chilena y que, inevitablemente, tendrá un efecto en el desenvolvimiento de la actividad económica? La verdad es que pocos. Quizás el que confunde más es la falta de legitimidad social del empresariado, de lo que se desprendería que lo mejor es parapetarse. Es decir, el silencio como respuesta a lo que en la práctica es más bien una oportunidad.

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