La crisis de reputación que aqueja a la empresa privada pone en riesgo la sobrevivencia de industrias enteras y, más grave aún, amenaza la sustentabilidad del modelo de economía social de mercado que tanto rédito le ha dado al país en las últimas décadas. El lente ciudadano que hoy resiente de la empresa no es un problema coyuntural. Llegó para quedarse. Es lo que los americanos llaman the new normal. Si las compañías no aprenden a navegar esta nueva realidad, la actual crisis se volverá crónica con efectos severos tanto para la actividad privada como para el país.

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